uñas

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El verano privilegia el uso de sandalias como calzado cotidiano. Por ello, el cuidado de los pies es siempre necesario para que luzcan saludables y bellos ya sea en tacones o en zapato plano con diseños de una variedad infinita.

Ahora con tanto calor; las sandalias, atractivas y cómodas, es la solución más acorde pero también la más peligrosa. Es cierto que permiten más transpiración y bienestar, pero también los pies se ensanchan, recogen al polvo de la calle, se resecan con el exceso de aire, se endurecen los calcañales y se percuden. Los pies, entonces, se convierten en la cenicienta del cuerpo siendo necesario mantener su higiene, salud y belleza.

Tanto en hombres como en mujeres, nada resulta más desagradable que unas bellas sandalias cubriendo unos pies de uñas muy largas, sucias, calcañales agrietados y ligeras callosidades. La buena imagen personal requiere de muchos poquitos para que la apariencia sea agradable. Las tías y abuelas cubren sus pies con medias para dormir o para hacer las tareas del hogar, así los protegen y les dan la importancia que requieren para el cuerpo.

Los pies soportan al cuerpo por lo que su higiene y cuidado son imprescindibles. Debe aprovecharse al máximo el baño veraniego para limpiar cuidadosamente las uñas, los calcañales y las callosidades. Agua y cepillo; después un enjuague a fondo, secarlos bien y mimarlos poniéndoles una crema nutritiva para que la piel se sienta atendida y lo agradezca mediante una lustrosa apariencia.

Miedo a la gente que te rodea.
Pensamientos negativos ante proyectos futuros.
Comerse las uñas, mover constantemente los pies, las manos, la cabeza.
Hablar solo mientras caminas o trabajas.
Temor a un accidente en vísperas de un viaje.
Temor a enfermedades.
Falta de apetito sexual.
Llanto sin motivo.
Peleas sin motivo.
Ataque de pánico.
Constantes indecisiones.
Miedo al futuro.