Para cualquier persona, las consecuencias de consumir sustancias adictivas excesivamente, o usar tranquilizantes, beber alcohol o tomar medicamentos sin la orientación de un especialista, constituye una amenaza para su salud física y mental.

La capacidad y eficiencia disminuye por completo en su centro de trabajo, pues estas sustancias afectan la capacidad de percepción del juicio y de los reflejos que exigen las actividades laborales. El peligro aumenta mucho más si se trabaja operando máquinas u otras actividades que implique riesgos.

Los signos de consumo excesivo pueden identificarse con facilidad en la persona. ¿Cómo conocerlas? es muy fácil: Casi siempre mantienen ausencias reiteradas sin justificación alguna, o de lo contrario siempre se buscan un cuento para hacer y salir de la situación, el cansancio es permanente en estas personas, sus pupilas están dilatadas y tienen dificultad para hablar.

Otras consecuencias que puede traer el consumo de estas sustancias son los siguientes: el desequilibrio del cuerpo y de la mente, ojos hinchados o enrojecidos y vidriosos, tos persistente, cambio negativo en el comportamiento y deterioro físico.