Llegan de momento, cuando menos lo imaginas, y ese es el instante en que tienes que atrapar tus ideas porque se van tan rápido como llegaron.

Hubo un tiempo en que se puso de moda la llamada “tormenta de ideas”. Cada persona exponía lo que pensaba era mejor para alguna actividad, y sus resultados dieron buen fruto. Aún muchas empresas llevan a cabo esa práctica muy democrática, porque a veces, hasta el más simple empleado puede tener la idea más brillante del grupo.

Lo curioso es que a veces esas luces creativas llegan cuando menos se esperan, en el lugar y el momento menos indicado. Pero no por eso dejes de asegurarlas. Trapa tus ideas de cualquier manera posible, anótalas con lo que tengas a mano, y si no es posible, dale vueltas en tu cabeza para que no se te escapen con facilidad.

Los artistas son muy visionarios en eso de agarrar al vuelo las ideas. De inmediato le dan forma, y aunque luego cambien esa visión inicial, poseen el germen de la creatividad. También ocurre con todo el que tenga en sus manos nuevos proyectos. La satisfacción que produce ese proceso del pensamiento que muestra la mejor lucidez, es enorme.

Por eso, no dejes que nada que llegue a tu mente se te escape. Mira, puede ser que se te ocurran ideas que nada tienen que ver con tu trabajo, pero el mantener esa ilusión en tu mente, es un ejercicio intelectual increíble. Lo que realmente buscas, llegará tarde o temprano. Y cuando tengas que ofrecer innovaciones que te sirvan para tu actividad escolar , profesional, o social, tus ideas estarán claras, ordenadas y puedes estar seguro de que irás por el camino correcto.