Definida como la gran epidemia silenciosa, el tabaquismo hace que la persona sienta una adicción a la nicotina. Esto constituye uno de los problemas más graves de salud a nivel mundial y una de las principales causas de muerte al año.

La nicotina es el componente principal de tabaco que afecta el cerebro. Los productos de tabaco sin humo, como en polvo o rapé y el tabaco de mascar, también contienen muchas toxinas, así como altos niveles de nicotina. Reconocida como una de las drogas adictivas más utilizadas, la nicotina es un líquido incoloro que se torna marrón cuando se quema, y adquiere olor a tabaco cuando está expuesta al aire.

Este contenido peligroso para la salud se absorbe por la piel, por la mucosa de la boca y la nariz o se inhala a través de los pulmones. En dependencia de cómo se ingiere el tabaco, la nicotina puede llegar rápidamente a niveles muy altos en la corriente sanguínea y en el cerebro.

Al fumar cigarrillos la nicotina llega al cerebro a los 10 segundos de haber sido inhalada. Cuando los fumadores de cigarrillos o pipas no inhalan el humo, la nicotina es absorbida lentamente a través de la mucosa de la boca. Llega el momento que la adicción a esta sustancia hace que la persona la persiga compulsivamente.