Seguramente respondes en seguida que no. Pero piénsalo de nuevo y comprueba si:
– Sufres con los triunfos de tus compañeros.
– Sientes rivalidad por otra persona.
– Piensas que te mereces tú lo que tiene tu amiga.
– Te molesta que la atención no recaiga sobre ti.
– Le deseas mala suerte a una triunfadora.
– Vives criticando a personas que para otros son ideales.
– Ocultas desprecio hacia los que poseen más que tú.
– Comparas a menudo lo que posees con lo que tienen los demás.