La ropa íntima femenina es hoy uno de los más caros gustos en el vestir de toda mujer moderna. La lencería acapara las tiendas de moda con los más increíbles modelos, diseñados para la chica sexualmente activa.
Si, por un lado, increíbles modelos sorprenden a toda chica, más aún lo son los precios, ¡por las nubes! Y todo ¿para qué, para llegar a la habitación y que el chico desesperado quiera romperla para dejarte desnuda? Parece que sí, ese es el efecto, aunque algunos hombres prefieren observar a la mujer solo unos minutos mientras realiza el streeptease y saborear lo que hay debajo de la ropita menuda, tan sexy (ellos no se fijan en eso) y tan cara, (eso lo sabes tú nada más).
Amigas, nos fascina la buena lencería, cara, transparente, seductora, ¡qué sexy nos vemos con ella!, y no son pocas las que nos atrevemos a colgar nuestros selfies vistiendo todo tipo de sujetadores y braguitas en las redes sociales, con el solo objetivo de dar envidia a las demás chicas y para seducir, ¡lógico! a nuestros amigos y desconocidos!
Si vas a hacer un regalo especial a una amiga, tienes en la lencería el regalo perfecto, porque somos tan fans de esta ropa, que podemos tener más bragas y sujetadores que blusas, zapatos, pantalones, vestidos y carteras juntos. ¡Viva la ropa íntima, deslumbradora, es nuestra segunda piel, más erótica, más sublime!
Con estos nuevos aires andamos todo el día, sin reconocer que a estas prendas íntimas le ha salido un competidor muy temido. Sí, ¡tenemos que reconocerlo!, si Victoria’s Secret ha sido capaz de meternos dentro el bichito de la lencería sexy y muy cara para seducir, ya es hora de que nuestros bolsillos dejen de alimentar esas ganancias, con un beneficio notable para nuestros bolsillos, ¿qué piensan ustedes?
Y he aquí que se desplaza de una vez a la ropa íntima femenina, ¡cero bragas, cero sujetador! En definitiva, a los hombres les da lo mismo cuando vamos con ellos a la habitación, somos nosotras las que imaginamos nuestro show sexual con lencería. ¿Cuál es el nuevo reto? Pues, amigas, ese mismo, nada debajo de la ropa, desnudes total de ropa íntima, por muy fastuosa que sea la velada a la que vayamos.