decir no

Lamentablemente, nos equivocamos a menudo por lo que decimos o hacemos y al llegar a la casa nos martiriza eso que acaba de suceder en nuestras vidas. Por supuesto, nos sentimos mal porque sabemos que no fuimos lo suficientemente inteligente con nuestra actitud. ¿Te ha sucedido a ti?

“¿Por qué dije eso?”, «¿por qué no me fui antes de tiempo?», «debía haber callado» y otras preguntas atacan el pensamiento y no te permiten continuar la vida con tranquilidad. Llega el momento del análisis, solo que un poco tarde.

Primera cita
Primera cita

Sin embargo, si nos mostramos tal cual somos y ponemos todo nuestro esfuerzo en cambiar nuestra inmadurez social, podemos hacerle frente.

Guardar silencio. La lengua se disloca y habla de más cuando debiéramos callar o ser muy discreta con lo que decimos. Ocurre mucho en las primeras citas, un motivo por el que los chicos se espantan porque las mujeres sueltas de palabra no son las más atractivas. Si tienes esta tendencia a conversar sin parar y a decir aquello que no debes, toma una tizana de pasiflora o tila antes de salir, es muy positivo controlarnos ante los demás.

Decir no. Es uno de los grandes problemas entre las chicas de hoy, dejarse llevar por los demás y aunque no deseen algo, se sienten arrastradas y aceptan, sin querer, lo que las perjudica. Ocurre mucho en los grupos de amigos cuando salen de marcha y la bebida va en exceso, incluso algunos llegan a probar la droga sin querer y caen en adicciones por su falta de voluntad. Lo mismo ocurre con el sexo, si un chico que acabas de conocer te agrada y te invita a la cama, no siempre tienes que aceptarle. Muchas veces es mejor dejar para una futura cita la intimidad. Al pasar unos días, el deseo se dispara más y tienes más tiempo para desearle o arrepentirte de una cita sexual.