corrupción

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Su nombre ha recorrido por siglos la fama de hombre obsesionado por los abusos sexuales, el libertinaje extremo, la corrupción. Es de imaginarnos cómo sería aquello en los años que le tocó vivir.

 Nació en París en 1740, cuando aún estaban muy fuertes las moralidades que pregonaba la iglesia y cuando cualquier acción era considerada inmoral, pero la ciudad le dio impulso a cada una de sus manifestaciones desenfrenadas, con una sexualidad agresiva y capaz de dejar por escrito todo lo que sentía.

Siempre se habla en estos términos de este aristócrata, pero debemos conocer que sí hubo mucha realidad y las leyendas no se quedan muy cortas en su vida de desenfrenos, como raptos a jóvenes, orgías, grandes corrupciones y acciones realmente crueles sexualmente. Uno de esos casos fue llevado a juicio y tres muchachas se alzaron para acusarlo por sus excesos.

El Marqués de Sade fue perseguido por años hasta que al cumplir los 34  fue por fin a parar a la cárcel, donde escribió sus memorias que dejan boquiabierto a cualquiera.