consejo

Lamentablemente, nos equivocamos a menudo por lo que decimos o hacemos y al llegar a la casa nos martiriza eso que acaba de suceder en nuestras vidas. Por supuesto, nos sentimos mal porque sabemos que no fuimos lo suficientemente inteligente con nuestra actitud. ¿Te ha sucedido a ti?

“¿Por qué dije eso?”, «¿por qué no me fui antes de tiempo?», «debía haber callado» y otras preguntas atacan el pensamiento y no te permiten continuar la vida con tranquilidad. Llega el momento del análisis, solo que un poco tarde.

Primera cita
Primera cita

Sin embargo, si nos mostramos tal cual somos y ponemos todo nuestro esfuerzo en cambiar nuestra inmadurez social, podemos hacerle frente.

Guardar silencio. La lengua se disloca y habla de más cuando debiéramos callar o ser muy discreta con lo que decimos. Ocurre mucho en las primeras citas, un motivo por el que los chicos se espantan porque las mujeres sueltas de palabra no son las más atractivas. Si tienes esta tendencia a conversar sin parar y a decir aquello que no debes, toma una tizana de pasiflora o tila antes de salir, es muy positivo controlarnos ante los demás.

Decir no. Es uno de los grandes problemas entre las chicas de hoy, dejarse llevar por los demás y aunque no deseen algo, se sienten arrastradas y aceptan, sin querer, lo que las perjudica. Ocurre mucho en los grupos de amigos cuando salen de marcha y la bebida va en exceso, incluso algunos llegan a probar la droga sin querer y caen en adicciones por su falta de voluntad. Lo mismo ocurre con el sexo, si un chico que acabas de conocer te agrada y te invita a la cama, no siempre tienes que aceptarle. Muchas veces es mejor dejar para una futura cita la intimidad. Al pasar unos días, el deseo se dispara más y tienes más tiempo para desearle o arrepentirte de una cita sexual.

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A los hombres les encanta que las mujeres sean positivas, que irradien seguridad y optimismo por los cuatro costados.

El lenguaje corporal influye mucho en esa apariencia. Caminar con el cuerpo recto, la vista al frente y el paso seguro, demuestra que eres una mujer fuerte y que contigo todo es posible. También al hablar demostramos quiénes somos y qué somos capaces de lograr.

Evita algunas palabras o frases que atenten contra ti. Entre estas se encuentran, podría ser, debería hacerlo, tal vez, y otras por el estilo. En vez de ofrecer duda o negación, afirma todas las veces que puedas, , como el tan usual no lo he pensado aún, que debieras decir, ya lo pensaré.

Las mujeres que conquistan más  a los hombres son estas que se muestran seguras de sí mismas y hablan en positivo porque  lucen más atractivas. Si quieres saber por qué, te digo el secreto:  el buen rollo impacta y contagia.

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Los tiempos actuales obligan a las personas a marchar aprisa, lo que provoca estados continuados de estrés. ¿Es un síntoma o una enfermedad? Durante el poco espacio que queda, se debe preguntar, referido a ese que tanto daño hace.

El estrés no es síntoma ni enfermedad, sino un proceso de interacción entre la persona y su entorno cuando los acontecimientos se salen de control, se desbordan y sacan de los cabales, esto, claro está no sucede de un tirón, sino paso a paso hasta que… ¡zas! La persona revienta.

Sin embargo, el estrés puede verse como algo normal, parte de la vida misma que, algunas veces obliga a movilizarse para alcanzar las metas que se desean. En ese momento se puede ser optimista, positivo y entonces este es un proceso enriquecedor de la vida espiritual terminando en bienestar. Por otra parte, cuando el estrés se manifiesta con emociones negativas como el miedo, la depresión, la hostilidad o la ansiedad; entonces puede obstaculizar el funcionamiento personal, familiar o laboral.

Delimitar si el estrés que se vive es un síntoma de que se anda más rápido de lo que se puede o una enfermedad que ya está afectando otros sistemas fuera del sicológico; será provechoso en la medida en que busques ayuda o tomes estrategias para poder correr tan rápido como el tiempo pero, eso sí, sin sufrir accidentes en tu salud.