chico

Las chicas se ponen preciosas cuando van a una cita: se duchan más que nunca, se perfuman, se maquillan, se visten como la mejor, ¿y nosotros qué hacemos?

 A veces nos preocupamos un poco, pero mientras en la mente de ellas está el hecho visual del primer momento como lo más importante, en nosotros solo está la imagen de la cama, ella desnuda y nosotros sobre ellas. Total, que si tenemos la polla bien grande y gorda, o sabemos mamar bien, lo demás no importa para ellas. ¿Me equivoco, amigos, o no es así como pensamos de la cita?

Tengo razón en el 70% de los casos, y para los que aún creen que con ellas no importa tanto la presencia en una cita, les digo que se equivocan, para las chicas la presencia del hombre sí vale. El hombre también debe verse sexy para provocar el deseo en una mujer y para ello no se necesita más que una buena ducha, para que ese olor a limpio le salga por cada poro. Si a ello le añadimos un poco de perfume agradable, vamos mejor.

Citas fuego de vida
Citas fuego de vida

Esa imagen debe completarse con la ropa, también limpia, bien peinado, aunque hoy algunas se excitan un poco con el chico del pelo al aire y la barbita de tres días, pero una cosa es como lo ven en la calle y otra es ir a la cama con ellos.

Quitarse la ropa poco a poco, vale si la escena es de cariño y mola la situación morbosa y lenta, otras veces, la rapidez y el desespero hace que la ropa se vaya cuanto antes del cuerpo, pero si la cita lleva si su tiempo, ¿para qué apurarse? Tendríamos que mirar un poco de pelis eróticas, no pornográficas, para saber de qué va esto. Cuando el hombre se quita la ropa, debe quitársela despacio, con algo de ensayo,  nada de quedarse en  calcetines, porque entonces sí que se les acaba la pasión.

Diciembre se carga de emociones y una de las esperadas es la cena de la empresa. No siempre será una cena, puede ser una fiesta o un cóctel, pero sea una u otra manera, esta actividad con tu jefe y con los compañeros de trabajo sigue un protocolo que quien lo salta, está casi a punto de marcar su imagen para siempre y no de la mejor manera.

ligar en las cenas
Cenas de empresa

Como muchos no vemos envueltos en este acontecimiento muy importante para todos, es provechoso seguir algunas reglas necesarias para no caer en errores.

La ropa

Quizás te prepares más para este evento que para una cita y no es para menos. No solo te verán tus colegas arreglada con un look formal y quieres dar buena impresión, sino que también tu jefe notará tu arreglo personal. El consejo es que vistas elegante pero de manera discreta, no trates de llamar demasiado la atención, a las que lo hacen la recuerdan siempre y no precisamente por guapa.

Relaciones personales

Estos encuentros son organizados, precisamente, para que haya camaradería entre los que laboran en una misma empresa y apenas se ven en el día a día. Es momento de conversar sobre la familia, viajes de vacaciones, aficiones, pero nunca será el momento ni el lugar para cotillear sobre los que te rodean. Tu mirada te delatará, tus gestos también y el jefe no estará ajeno a nada de esto. Si conoce tus intenciones desestabilizadoras del ambiente, estarás en la lista negra, no lo olvides. Debes ser amable y profesional.

Ligar

Aunque te guste mucho un chico que trabaja cerca de ti, evita por todos los medios que sea en esta cena de la empresa donde decidas ligarlo. Ni siquiera trates de llamar su atención en medio de los demás, porque aunque tú no te percates, los demás sí se darán cuenta de que estás en medio de un tonteo y los rumores después de la fiesta te tendrán como protagonista. ¿Qué puedes hacer? Conversar sencillamente con él si se da la oportunidad , demostrar que eres una chica inteligente y de buen carisma y si acaso quedan para verse luego, aceptar la invitación sutilmente y continuar conversando con el resto de los compañeros. Para nada te quedes pegada a él, resultarás molesta y ya sabes lo demás, tratará de evitarte porque seguro que él sí quiere conservar su buena imagen ante el resto.

9 1989

Viví una experiencia traumatizante con un chico que resultó ser un ermitaño después de llevar algunas semanas de relación de pareja. Por supuesto, tuve que renunciar a él.

Una de mis mejores amigas me alertó sobre la posibilidad de no ser lo mejor para mí, pero no sabía hasta dónde me iba a afectar la vida, y la posibilidad de tener a mi hombre en la casa y no tener que gastar dinero en salidas para poder disfrutar del cariño de mi chico,me dejaba ciega. Pero es que eso no era todo.

Las vacaciones, quería dormir la mañana y se acostaba tarde frente al ordenador o a la tele, y las tardes, se dedicaba a leer. Y yo, esperaba algunas emociones, que sí llegaban, pues teníamos buen sexo, pero hasta eso llegó a aburrirme: siempre lo mismo, la misma casa, la misma cama… y tenía que inventar para salir a hacer compras obsesivas, pues de otra manera no tenía ilusión a nada.

El resultado fue el esperado: se acabó el amor, y hasta el día de hoy no he sabido de él nunca más.