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¿Qué sientes por tu pareja, le amas o solo te gusta sexualmente? Existen millones de parejas en el mundo que no están enamoradas, pero se gustan tanto que pueden afrontar la batalla del tiempo sin claudicar.

En una pareja que se desean solo por el atractivo del placer, del cuerpo y del sexo, se ven situaciones que no se ven en las otras parejas que se aman de otra manera, con ese idílico sentimiento. Las infidelidades, por ejemplo, causan ira y dolor, no hay dudas, aunque algunos manifiesten que no les interesa porque su pareja solo tiene sexo”,  y no hay otro vínculo afectivo.

A los que así piensan, personas muy modernas y urbanas, hace falta decirles que en cuestión de parejas, el amor sí es necesario y es un vínculo muy fuerte, es cierto, solo que tiene un gran problema: el amor cambia con el tiempo y se acaba. Por lo tanto, la pareja ya no la miramos igual que cuando estábamos enamorados.

Deseo fuego de vida
Deseo fuego de vida

Otra cosa sucede con el deseo, ese que atrae tanto al sexo por el sexo. Siempre que se  busquen tácticas que  lo hagan creativo cuando  se convierte en rutina, algo nada complicado, el deseo se mantiene por mucho tiempo y persisten los deseos de estar con esa pareja.

Y por otra parte, recordemos lo que nos sucedió aquel día que tuvimos una frecuencia de sexo mágico, arrollador, bien apasionado y que luego nos quedó por un mes el recuerdo de ese cuerpo, esa boca y ese orgasmo. No vale decir que no les ha pasado, porque muy pocos son los desafortunados que no lo han disfrutado. Y aquello fue «solo sexo», ¡bendito sexo que deseamos a toda hora! Tan bien nos sentimos, que este es uno de los motivos por los que muchos chicos y chicas aseguran de que nunca se casarán, porque esas aventurillas sexuales valen su peso en oro, y todos somos unos caza fortunas.

Cada día te preocupa que tus relaciones sexuales ocasionales se conviertan en esa misma rutina que llevas con tu pareja estable, y con ese temor, te atreves a preguntarte si vale la pena ser infiel pasado un tiempo y temes volver a caer en la misma depresión que inhibe tener un sexo fuerte y vigoroso.

 Evitar ese desencanto es el que mueve a millones de personas que como tú buscan constantemente una pareja ideal, y al no hallarla, acuden a las citas ocasionales para revivir la ilusión del cuerpo en una cita sexual apasionada.

Para variar en el sexo no hace falta que te conviertas en un Don Juan sin sentimientos, que ya no puede estar feliz si no es de flor en flor. Si ese es tu estilo, vale, no lo puedes evitar, pero quizás no seas así y lo que busques es salir de la rutina para que esos momentos sean excitantes y cada día innovadores.

 

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Si al pasar los meses, y hasta algunos años, comienzan los problemas con tu chico, ¡arriesga todo por un cambio! ¿Acaso no sabes que el aburrimiento llega, en la mayoría de los caso, porque la relación se vuelve monótona?

El gran error de muchas chicas es pensar que una vez  conseguida la estabilidad, esa que marcha de maravillas en los primeros tiempos, se mantendrá  así de manera inalterable. Y mira, amiga, ¡convéncete! Nunca se mantienen las mismas pasiones, a veces es la costumbre la que continúa y si el amor sigue vivo, la pareja se conserva   pero con altas y bajas.  Hay que conservar  vivo, por el mayor tiempo posible, ese deseo de estar unidos que  les  trajo felicidad.

Muchas veces te preguntas, “¿qué ha cambiado?” Y yo puedo responderte: “Ese es el problema, que no ha cambiado nada”.
Voy a decirte algunos ejemplos de la vida cotidiana para que veas que la existencia humana busca cada día nuevos retos: ¿Te mantienes meses y meses con el mismo peinado a toda hora? ¿Vistes el mismo modelo de ropa, y los mismos colores siempre? ¿Cocinas a diario el mismo plato? ¿Jamás cambias tus muebles ni tu coche?

Contesta esas preguntas y di tú misma si cuando cambias de peinado, de ropa, o haces nuevas recetas en casa, no te sientes mejor. Y cuando adquieres un nuevo coche, te sientes volar.  Pues eso mismo sucede con la relación en la pareja. Cuando el día a día se convierte en rutina, comienzan los problemas. A veces, ni se sabe bien el motivo que lo generó, pero puedes estar segura de que es producto de esa tradición perpetua que ustedes mismos se han diseñado.

Para variar, no tienes que hacerlo todo de un golpe porque te quedarás   sin creatividad al haberla consumido toda de una vez. Tampoco tienes que hacerlo  todos los días, ni estar anunciándolo. Sencillamente, sorprende a tu chico con nuevas formas, tanto en la casa como en la vida social. Si bien es cierto que las salidas a teatros, clubes y citas con amigos se distancian un poco al consolidarse la pareja, hay que buscar la manera de no cesarlas y hacerlas más diversas. ¿Espaciadas? Puede ser, pero sí constantes.

En la casa, no tienes que llenar el piso de pétalos de flores, ni a la bañera añadirle nuevos aceites aromáticos. Existen muchas maneras de alegrarse la vida entre ambos, al emprender nuevos proyectos que requieren  tiempo y comprensión, pues la relación puede haber alcanzado cierta madurez y los pasos a dar son menos soñadores, pero sí más seguros.
Prueba a cambiar algunas  cosas a menudo, no dejes que la costumbre los haga caer en esas crisis de pareja que a la larga, les  deja un vacío enorme porque perdieron  tiempo y no  supieron  conservar la felicidad