Modelo arraigado para ser hombre

La sociedad continúa con modelos arraigados en cuanto a los hombres. Mucho se les critica si no cumplen con esas normas, el precio del hombre es muy alto para cumplir con las exigencias.

Desde la infancia se le dice al niño varón que no llore, eso queda para las hembras; y de allí se les habla de la fortaleza que deben tener para enfrentar las situaciones que se les presentan en la vida. El hombre tiene que ser “guerrero” para demostrar la personalidad masculina.

Héroe o mártir, valiente, exitoso y talentoso, el que puede con todas las hembras, una máquina de virilidad, son solo algunas de las cargas impuestas desde los tiempos arcaicos al género masculino. El éxito es muy exigente en los tiempos que corren para ellos.

Muchos son los jóvenes que sucumben ante la imagen estereotipada de un hombre exitoso como ninguno, ideal, y por tanto, imposible. El arquetípico guerrero describe a un varón que no debe temer a nada, ha de proteger a los más débiles en todo momento, ser osado, impulsivo, muy servicial y, sobre todo, no quejarse.