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Pablo Picasso adoró París, y escogió esta ciudad para vivir en ella mucho tiempo. Por eso París, la ciudad museo, no puede ser la atrayente ciudad sin tener un rincón donde se recuerde al genial artista malagueño.

Ese “rincón”, es una maravillosa mansión del barrio Marais, un edificio histórico construido en el año 1659, que fue conocido como el Hotel Aubert de Fontenay, que es el nombre de su arquitecto. Como este Fontenay era el recaudador del impuesto de la sal, el hotel se convirtió pronto, para los parisinos, en Hotel Salé. Allí hoy podemos visitar el Museo Picasso.

El haberse escogido este edificio, con arquitectura y decoración al estilo del siglo XVII, se debe a que el artista vivió en mansiones tanto de la ciudad como del campo de París, similares a ese ambiente que muestra el Hotel Salé, por lo que muchas de sus obras se realizaron en un ambiente similar.